martes, 8 de enero de 2013

MITOS Y VERDADES DE LAS DIETAS

+Si me mato en el gym, bajo de peso en una semanaLa actividad física es importante pero no puede suplantar a la dieta y mucho menos realizarse de manera brusca e indiscriminada. Las consecuencias pueden ser graves, ya que, no sólo no vamos a bajar lo que queremos, sino que podemos lastimarnos en el intento. El pasaje del sedentarismo a la actividad debe ser paulatino y controlado, sobre todo cuando se trata de ejercicios aeróbicos que requieren una evaluación del estado de salud general. Si no venimos entrenando en el gimnasio, no es prudente acordarnos a último momento que necesitamos bajar rápidamente de peso, empezar a ir todos los días con desesperación sólo nos producirá más hambre y menos ganas de correr en la cinta. 
Un estudio de la Universidad de Ottawa revela que las mujeres que se ejercitan con más intensidad consumen 50 calorías más por comida que las que hacen ejercicios más suaves como Pilates o caminatas.
+Llené la heladera de productos light, 0% grasas y diet. ¡Ahora sí voy a adelgazar!
Mayonesa, pan lactal, postres y hasta alfajores se promocionan bajo el rótulo de “light” sin especificar demasiado qué diferencia calórica tienen con la versión tradicional. Tampoco suele aclararse que el hecho de ser light no quiere decir que adelgace, sino tal vez que no engorda tanto. Lo light significa que es un alimento reducido en calorías, siempre en relación con el alimento tradicional. Es peligroso pensar que se pueden consumir indiscriminadamente. Es más, no sólo pueden impedir que bajemos de peso, sino que pueden hacernos aumentar .
Por otra parte, los productos que se promocionan como 0 % también son traicioneros: este valor significa que el producto es 0 % de grasas, pero no asegura que sea bajas calorías. Por ende, pueden tener azúcares agregados y sus calorías no ser tan reducidas como suponemos. También están los alimentos diet:En general los dulces tienen este rótulo. Estos productos contienen fructosa que, a diferencia de lo que mucha gente piensa, tiene las mismas calorías que cualquier azúcar: cuatro calorías por gramo. Es imprescindible aprender a leer las etiquetas y consumir con moderación como conducta, no según la etiqueta del producto
+El sábado tengo una fiesta, necesito una dieta shock
Una actitud muy común es la desesperación que impone un gran evento: sabemos que tenemos una fiesta en breve y queremos lucirnos en ese vestido que tan bien nos quedaba la temporada pasada. La idea no es nueva: hacer una dieta rigurosísima para bajar los kilos extra en apenas 15 días. Error fatal. Las dietas tienen que plantearse con un poco de tiempo, porque los buenos resultados se notan con el correr de los meses, el descenso es más auténtico y prolongado, y la purificación del organismo es total.
+Tomé alcohol con la cena, pero si bailo toda la noche, quemo esas calorías
La trampa es muy común: pensar que las calorías extras se pueden eliminar por medio de una actividad aeróbica. Sin embargo, para que el organismo “olvide” un plato de pastas cuatro quesos habría que jugar un partido de tenis de 3 horas. Para que desaparezca un trago con vodka, habría que bailar sin parar durante 120 minutos. Proezas que sólo un tenista profesional o una bailarina con entrenamiento pueden cumplir. Claro que es mejor hacer actividad física para bajar de peso que quedarse sentada ingiriendo más grasas. Pero una dieta no puede regirse con ese sistema de compensaciones, simplemente porque falla. Aunque cueste, lo mejor a la hora de comenzar una dieta es suprimir el alcohol o beberlo con absoluta moderación, de preferencia vino tinto. Un trago como Sex on the Beach, Daikiri o el célebre Cosmopolitan de Sex and the City, contienen en promedio 400 calorías y también es un mito que beberlo muy frío ayuda a descender ese nivel. A lo sumo, el hielo logra a diluir la bebida y en consecuencia tomar menos.
+“Hoy como pizza y helado y mañana tomo solamente líquidos”
¡Imposible salir ilesa de semejante hazaña! En primer lugar, por el famoso efecto rebote que puede producir un ayuno total. Si comemos pizza y helado a la noche, lo más probable es que el cuerpo “piense” que al día siguiente comerá algo parecido y “pida” una buena ingestión de calorías. Esto quiere decir que, al día siguiente de un atracón, invariablemente tendremos hambre. Por otra parte, no tiene sentido dejar de comer, lo ingerido ya está en el organismo y lo mejor es compensar por el lado de alimentos nutritivos y saludables antes que evitar por completo los sólidos. Pizza y helado no son palabras prohibidas, sólo deben consumirse con moderación y, si la gula puede más, dar una caminata larga (alrededor de 15 minutos) después de comerlos y nunca irse a dormir enseguida, ya que el organismo tardará el doble en digerir la comida.
+Cambio la cena por un té con masas, total las calorías son las mismas que las de un bife con ensalada
Si bien esta premisa puede ser cierta, es tramposa. En una dieta, no sólo cuentan las calorías, sino los nutrientes que ingerimos. Los glúcidos simples (azúcares y harinas blancas) son estimulantes de la producción de insulina, una hormona dadora de hambre y fijadora de grasas. Esto quiere decir que, si hacemos reemplazos calóricos arbitrarios, iniciamos un círculo vicioso. En palabras más simples: lo dulce provoca ganas de comer más dulce, al tiempo que se adhiere al músculo, generando los indeseables flotadores o pantalones de montar, depósitos de grasa que es muy difícil hacer desaparecer una vez instalados. Estos reemplazos pueden servir para una ocasión en particular, pero no deben establecerse como patrones alimentarios. Por otra parte, las grasas saturadas (presentes en manteca, crema y quesos) son más difíciles de combustionar como energía, esto significa que hay que hacer más actividad física para quemarlos que si esas mismas calorías provienen de un bife con ensalada.
+Comer una sola vez al día es suficiente para bajar de peso
Esta creencia es desconocer cómo funciona nuestro cuerpo. Durante un día sin ingestas estaremos consumiendo nuestras reservas de glucosa (en hígado y en músculos) y cuando éstas se acaben es probable que el organismo obtenga la energía que necesita por vía de la destrucción muscular. Esto no favorece nuestra salud y mucho menos la pérdida de peso, ya que a menos músculo en nuestro cuerpo, menos calorías gastaremosAlgo que mucha gente desconoce es que el cuerpo necesita nutrientes esenciales para –efectivamente– quemar calorías. Nada mejor y más positivo que planificar de 3 a 4 comidas al día, para mantener a raya el hambre y aumentar el gasto metabólico basal, aquel que se produce durante el reposo y el ayuno” 

No hay comentarios:

Publicar un comentario